Frente a lo anecdótico de todo lo anterior, podríamos decir que en el siguiente capítulo de mensajes halla asiento la categoría de este blog. Los hay de carácter personal, social y literario. Pero, si el cristianismo entero me perdona la atrevida o pretenciosa paráfrasis, puedo decir que el mensaje soy yo por la sencilla razón de que en mí se han hecho carne todos y cada uno de ellos.
No esperen encontrar puntos de vista técnicos, es decir médicos o terapéuticos, no esperen leer otra cosa que la derivada de largas experiencias personales, vividas tanto por mí en mí como por mí a través de los demás. Tampoco esperéis un pulimento literario, puesto que estas líneas fueron escritas a vuelapluma a medida que me venían las ideas, de acuerdo con la idea de diario que en sí mismo es un blog, y sobre todo para que me sirvieran de guía a fin de tenerlas claras con objeto de exponerlas en las charlas que me piden. Son, pues, líneas para ser habladas.
Se trataba de poner aquí por escrito las reflexiones que dichas experiencias me han suscitado con el tiempo, y que, creyendo de lo más mezquino el guardármelas yo solito sin compartir ni una de ellas, entiendo pueden iluminar a los demás en la misma medida en que a mí me iluminaron las circunstancias que a ellas me condujeron.
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