Libertad e información

Dicho de otra forma: si, cuando empecé a fumar con catorce o quince años, hubiese tenido la información sobre el tabaco que tengo hoy, hoy no estaría fumando. Seguramente en base a unas indudables propiedades que son beneficiosas para la salud, a lo largo de los siglos se nos ha ‘vendido’ la idea del alcohol como si no pasara nada con su consumo, poco más o menos como si se tratase de un inofensivo refresco, incluso para niños. Recuerdo que en mi lejana niñez se nos daba como aperitivo Quina San Clemente, como recuerdo el chiste, de pésimo gusto, por otro lado, y basado en el eslogan de un famoso anuncio de televisión que por aquel entonces circulaba: ‘¿Sabes cuál es el colmo de la mala leche? Pues mandar cien camiones de Quina San Clemente a la India, que da unas ganas de comer...’ No se era lo bastante hombre si no se bebía (‘Soberano, es cosa de hombres’, decía otro anuncio del famoso brandy), como tampoco parecía uno ser lo bastante hombre si no fumaba.

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