Presentaciones
Me puse entonces a diseñar un plan de promoción, y cuando digo a diseñar no es exacto, pues más bien me fui valiendo de la intuición. Una vez decidido a dar a toda costa al libro la difusión que estimaba se merecía en función de sus valores digamos sociales, y habida cuenta de que tanto la editorial como el autor no eran lo que se dice conocidos en el mundo literario, dicho plan pasaba de forma irremediable por una serie de presentaciones en sociedad. Para asegurarme el éxito de la empresa, se trataba de ir ‘enganchando’ a instituciones que estuviesen interesadas en vincularse a un acto de esas caracterísiticas a la par que a uno o varios presentadores con suficiente atractivo profesional y consiguiente ‘tirón’ mediático. Lo que sí tuve claro desde el primer momento como estrategia es que, si quería hacer bien las cosas, se trataba de seguir el ejemplo de los comediantes desde tiempo inmemorial, empezando por provincias para ir adquiriendo ‘tablas’, nunca mejor dicho, y rematar en la capital del Reino. Y algo importante también: con independencia del propósito principal en cuanto a que cundiesen los mensajes que yo estaba dispuesto a difundir, se trataba de un acto social, y por lo tanto se haría lo que se hace en cualquier acto donde también existe su parte de compromiso social. Las presentaciones de Vino Torcido irían amenizadas al final con un cock-tail, más o menos rumboso dependiendo de la economía personal del momento, pero un cock-tail en toda regla. En otras palabras, no por tratar de lo que trata el asunto iba a tener a los asistentes a Fanta de limón.Por razones más que obvias de vínculo entre el autor y la ciudad de Córdoba, además del hecho de que aquí se desarrolla la acción del libro, ésta fue la elegida para el primer estreno. El esquema resultante aquí, fue:
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